No levanto cabeza. Desde mi policonsumo, mi comportamiento ha ido a peor. No sé que me pasa, estoy muy quemado de estar en el centro, también mi abuela está mal, en el hospital.
No sé que hacer con mi vida, estoy perdido. Odio a la gente, estoy peleado con el mundo. Me da igual todo. Me da rabia que los moros tengan más permisos que yo y yo encerrado aquí. Nos invaden.
Encima me han avisado que podría pasar a otro centro más estricto, por mi actitud en el centro y a parte que he seguido consumiendo (ya que la analítica sigue dando positivo) con mi mejor amigo que está internado conmigo. Se nos avisó al principio de internarse que como viesen que nuestra actitud y comportamiento no es el correcto al estar juntos, nos separarían y nos manda´rían a un centro más cerrado. Hemos aprovechado cuando nos dejaban ir a comprar o en alguna mini salida, Teníamos nuestro escondite donde guárdamos todo.
Aunque mi tutor vio que me daba igual cuando me dijo lo del traslado, pensó mejor en que se llevasen a mi mejor amigo, entonces me fastidió más que fuese él el elegido. Es un chaval de 15 años, pero tan pequeño y tan poca cosa, que se pueden aprovechar de él o reirse y por eso no quiero que se lo lleven, lo pasaría muy mal. Y claro está, que él tampoco quiere ir. Entonces, hasta que no demos negativo en la analítica no podemos salir ni a la calle. Y como sigamos dando positivo nos abren un expediente que va al juez y afecta a nuestro internamiento y todo lo que hecho hasta ahora casi no me ha servido de nada.
Encima, se muere mi abuela. Me han dado un par de días. Estoy amargado.
Diario de un adolescente en un centro socioeducativo. Para que seamos conscientes del trabajo que se realiza tanto por parte de los profesionales como de los menores.
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